miércoles, 27 de julio de 2011

Karl Blossfeldt y su Maravilloso Jardín de la Naturaleza.


Karl Blossfeld, 1895

"El Maravilloso Jardín de la Naturaleza" es el título del segundo libro, publicado en 1932,  el mismo año de la muerte de este fotógrafo alemán. El primero había sido "Formas Primigenias del Arte" del año 1928, que presentaba más de un centenar de huecograbados y del que Helmunt Gernsheim afirmó en su historia de la fotografía que: " La Nueva Objetividad se impuso en 1929 con el libro " Urformen der Kunst" de Karl Blossfeldt". Póstumamente se publicaría "Prodigios de la Naturaleza".


Karl Blossfeldt ( 1865-1932) forma parte, pues, del movimiento de la Nueva Objetividad Alemana, de la que tenéis una entrada en este blog, que supuso, en el ámbito pictórico, dejar de lado los ismos de vanguardia, fundamentalmente, el Expresionismo, para volver a la plasmación de las formas a través de la figuración. 

Comentábamos, en esa ocasión, que la Nueva Objetividad fue un fenómeno de arte total que aunó, además de la pintura de George Grosz y Otto Dix entre otros, la música de Kurt Weill, la literatura de Bertolt Brecht y la fotografía de Albert Renger-Patzsch, August Sander, Wender Mantz y del propio Blossfeldt.


Blossfeldt creó su propia cámara. Artista autodidacta, la utilizó para plasmar, en más de seis mil clichés, multitud de plantas que, en un principio, sirvieron de sostén para un proyecto en el que estaba trabajando su propio mentor, Moritz Meurer. Con él, recorrió Italia, Grecia y el Norte de África como fotógrafo, bajo el encargo oficial de renovar el concepto y el catálogo de motivos decorativos aplicados a la artesanía y la industria. Meurer tenía como teoría que las formas naturales inspiraban a la arquitectura, el dibujo y la pintura.

  
Equisetum Hyemale (12 veces aumentado)
Equisetum Telemateia ( 4 veces aumentado)
Equisetum Hyemale ( 18 veces aumentado)
Hacia 1920.
 "Estas tres fotografías de Equisetos son ejemplos magistrales de una articulación rigurosa de la imagen. Esta planta, que en realidad, es un fósil vivo, apareció hace 400 millones de años; no tiene flores ni hojas y consiste en tallos simples que producen el efecto de una construcción abstracta y más o menos formal. Velludos, con nervios planos y unidos entre sí por articulaciones, los tallos evocan arquitecturas; en el libro del Werner Lindner sobre construcciones técnicas, las fotografías de Blossfeldt ( ...) están consideradas como la expresión de una continuidad que se extiende desde las torres de la antigua China hasta los rascacielos contemporáneos". (1)

Tras realizar el trabajo con Meurer, Karl Blossfeld es nombrado profesor en la Escuela de Artes Aplicadas de Berlín donde él mismo había estudiado y en donde daría clases de Modelado durante 31 años. Sus comienzos trabajando en un taller de forja le dieron el primer contacto con las formas incurvadas vegetales.


Como profesor, las fotografías realizadas tendrían un fin educativo, didáctico. En eso fue un innovador y un pionero, ya que, sustituyó la tradicional preservación del material botánico utilizado, hasta ese momento, para que el alumnado pudiese tomarse el tiempo necesario para dibujar o esculpir los motivos en sus clases. Así, el secado y prensado de las plantas, su inmersión en alcohol, su tratamiento con productos químicos o la necesidad de utilizar invernaderos para preservarlas, ya no eran necesarios.


Sus macrofotografías, se convertían en aliadas indispensables, para una mayor comprensión y observación de las diversas tipologías vegetales que los alumnos observaban proyectadas en la pared. Esas formas, reducidas a lo más elemental, a su esencia, presentadas de forma unitaria, eran ampliadas enormemente (hasta 18 veces) para captar sus mínimos detalles. Bellas en su simplicidad, eran colocadas simétricamente en fondos neutros.


Fue el galerista  Karl Nierendorf, quien exhibió el trabajo de Blossfeldt, por primera vez, en 1926 y con la publicación de "Formas Originales del Arte", dos años más tarde, el autor, quien nunca fue consciente de estar haciendo arte, obtuvo la atención de la vanguardia. 


 A partir de 1960 logró mucha fama y en la década de los 70' galeristas, coleccionistas como Ann y Jürgen Wilde, quienes adquirieron la mayor parte de las fotografías del autor, y comisarios de exposiciones como Klaus Honnef, co-organizador de la 6º Documenta de Kassel, reconocieron la importancia de su obra como fuente de inspiración para los artistas contemporáneos. La propia Documenta, que es una de las más importantes exposiciones de arte contemporáneo del mundo y que se celebra en esa ciudad alemana desde 1955 cada 5 años, incluyó obra suya en 1977.


La placidez que trasmite la visión de estas fotografías, su limpieza, su naturalidad hace que, después de tanto tiempo, continúe sorprendiendo al espectador. La sensibilidad que Blossfeldt proyecta en la captación de lo que ve nos sigue alimentando tantos años después y nos revela, como si no lo supiésemos, la belleza de la Naturaleza que nos rodea. 

   



Tenéis más obra gráfica Aquí y Aquí, y la propia página del autor en dónde podréis observar toda su obra Aquí.

Obras de referencia:
 -(1) : Stremmel, Kerstin.: "Realismo" . Ed. Taschen. Pag. 34.
- http://www.blossfeldt.info/wEnglish/Karl_Blossfeldt/KB_Aufsaetze/SK_PS_Essay_ConrathScholl.pdf
- http://www.elementos.buap.mx/num27-28/pdf/79.pdf

viernes, 22 de julio de 2011

Giovanni Boldini y sus mujeres de la alta sociedad en el París de la Belle Époque.


Giovanni Boldini en su estudio.

Giovanni Boldini ( Ferrara 1842- París 1931), es un pintor italiano que vive el cambio de siglo: una etapa convulsa desde un punto de vista histórico, un momento que bascula entre el optimismo y la fe en el progreso que impregnan los años 70' y 80'del Siglo XIX y la desesperanza que crece a lo largo de los primeros años del S. XX, tal como explica Tomás Llorens, comisario (junto a Boye Llorens) de una exposición denominada "Retratos de la Belle Époque" que puede verse en CaixaForum en Barcelona hasta el 9 de octubre. La muestra permitirá ver setenta y seis obras de Kokoschka, Edvard Munch, Egon Schiele, Joaquín Sorolla, Toulouse- Lautrec ( que tiene una sala en exclusiva) y otros autores, entre los que se encuentra, Giovanni Boldini.

En algunos blogs y páginas sobre Boldini, se hace una adscripción de la obras de este autor al Neoimpresionismo y pensamos que no es una conexión feliz. 

El Neoimpresionismo,  del que tenéis una entrada en este blog ( aquí),  y que cronológicamente se desarrolla a partir de 1884, una vez agotada la vía del Impresionismo, también es denominado Puntillismo o Divisionismo y hace referencia a una corriente pictórica que va más allá de las conquistas del Impresionismo y que pretende aunar investigaciones científicas, referentes al color y la luz, con las investigaciones pictóricas. Los autores que formaban parte de este movimiento ( fundamentalmente Seurat y Signac) se basaron en la ley del contraste simultáneo, establecida por las investigaciones del físico Chevreul, sobre los colores: cualquier color puede ser obtenido por yuxtaposición de pequeñas manchas que , vistas a cierta distancia, tienden a complementarse.


Seurat: Can-Can.


Signac: El Puerto de Saint Tropez

Además, se hacía distinción entre colores primarios ( rojo, azul y amarillo) y complementarios, obtenidos de la mezcla de los anteriores. Los colores complementarios si se yuxtaponen, se potencian entre sí, mientras que si se mezclan o superponen, tienden a anularse. Esa yuxtaposición tenía que ser realizada en la retina del espectador. Esta teoría que fue conocida por los Impresionistas no fue aplicada por ellos. Sí lo hizo Seurat, alma y fundador del grupo, que pretendía llegar a un impresionismo más racional y científico. De esta manera, los cuadros neoimpresionistas están formados por multitud de puntos,de pinceladas muy pequeñas (de ahí, puntillismo), de brillantes colores, que, sin embargo, creaban composiciones de un cierto hieratismo.


Seurat: " La Parade", 1888.


Seurat: La Parade, detalle.


Signac: " El desayuno" . 1866-67.

Viendo estos cuadros que os pongo como ejemplo, hablar de neoimpresionismo en la obra de Boldini, no parece tener sentido.

Sí lo tiene, decir que formó parte, en sus años de juventud, de un grupo, poco conocido todavía hoy, de artistas italianos denominado los Macchiaioli (cuyo precedente fue la llamada "Escuela de Posillipo" (1820-1850)) y que encabezados por Giuseppe Abbati y Telemaco Signorini,  se reunían en el café Michelangelo en Florencia, a mediados del XIX, contribuyendo a la renovación de la estética tradicional pictórica italiana y también, movidos por la discusión, en el  ámbito político, de la independencia y unificación italiana en relación con las ideas de Cavour y Mazzini.



Giuseppe Abbati 



Telemaco Signorini.

Se interesaban, al igual que sus colegas franceses, por la pintura al aire libre y el empleo de una pincelada suelta, rápida , denominada "macchia" ( mancha), de donde proviene la denominación del grupo.Se vieron influidos por la Escuela de Barbizon y, con la unión de otros artistas, como Silvestro Lega, De Nittis y el propio Boldini, contactarán con el realismo italiano.

Artistas como Giovanni Fattori, Vincenzo Cabianca, y críticos y teóricos del movimiento como Diego Martelli, se unían en ese punto de encuentro. Una de las características del grupo era su heterogeneidad. Cada uno de los artistas desarrollaba un estilo personal, pero todos estaban unidos contra el arte académico y oficial. Tocaban temas de la vida cotidiana, paisajes rurales de la campiña toscana, campesinos que trabajaban los campos o en sus horas de descanso y también plasmaron escenas de los campos de batalla del Risorgimento italiano.


Giovanni Fattori: Garibaldi en Palermo, 1870

Volviendo a Boldini, éste, fue apoyado desde el principio por su padre en sus estudios artísticos. Pasó a la Historia del Arte como pintor de retratos, destacando en su realización desde el principio de su carrera, que se convirtió en larga y rica desde un punto de vista de consideración social, aunque también se ocupó de otros temas, quizás no tan conocidos. Desde bien temprano, se observa en él, el desarrollo de una muy buena técnica que trabaja copiando a Rafael y a los paisajistas venecianos y, en general, por su conocimiento de todo el arte del Quattrocento italiano. Su primera obra, además de estas copias, está formada por retratos de familiares y de ámbitos de su propio hogar.


Retrato de Francesco Boldini, 1863-69

En los 60' se inscribe en la Accademia di Belle Arti de Florencia y es ahí cuando tiene contacto con los macchiaioli retratando a sus amigos del grupo con un estilo muy personal captando las psicologías de los personajes.


Cristiano Banti, 1866


Diego Martelli


Vincenzo Cabianca.


Giusepe Verdi, 1886.

Este es el retrato de Verdi que está en nuestro imaginario colectivo
pues aparece en todos los libros de texto que hablan del músico.

A partir de ese momento, comienza a viajar: Nápoles, Montecarlo, Alemania, Holanda, Londres...Pero, fundamental, fue la visita que hace a la Exposición Universal de París en donde va a conocer a Sisley, Manet y a Edgar Degas de quien se haría muy amigo.


San Marcos de Venecia

Ese primer acercamiento al bullente París de artistas e intelectuales, lo hace establecerse permanentemente en esa ciudad, algo que fue crucial en su carrera, por su enriquecimiento artístico ( estudia en profundidad la obra de Courbet y Manet) y también por el éxito maravilloso que alcanzó.


 Retrato del artista Ernest Anger Duez, 1896


De esta etapa son los cuadros de género de ambiente dieciochesco tan caros a la alta burguesía parisina del momento. Además, a partir, de 1874, comienza a exponer en los Salones y a pintar los retratos de las damas de la burguesía y la nobleza que tanta fama le darían. Umberto Eco comenta que fue denominado " el pintor de las señoras". Los que encargaban estos retratos deseaban una obra de arte que les diera prestigio pero también que fueran bellos.


Días plácidos, 1885


La Conversación, 1870


La Hamaca, 1872-74


El modelo y el maniquí, 1873


Sin embargo, también pintará paisajes y calles de París, llenos de lirismo y pasión. 


El bosque


 Puerta en Montmartre


Plaza Pigalle, París


Al salir de un baile de máscaras en Montmartre, 1874-75


Dos caballos blancos, 1881-86

Óleos, acuarelas, dibujos a lápiz y obras sobre papel, desde pasteles a carboncillo, grabados...eran hechos con precisión a través de multitud de bocetos, apuntes y pruebas para obtener la perfección formal de lo representado.


Ángeles


Nocturno en Montmartre.


Ibis en el paraíso

En sus retratos femeninos, las caras y las manos son hechas a través de una observación muy cuidadosa del dibujo. En eso era un academicista. Sin embargo, al llegar a los vestidos que cubrían los cuerpos casi manieristas, alargados en brazos y manos, su pintura se convertía en una explosión de pinceladas sueltas, rápidas, vibrantes, coloristas, deshechas y empastadas, y ese es, precisamente, el legado, en su obra, de los Macchiaioli y el Impresionismo.


Pensamientos


Bailarina española en el Moulin Rouge


La Divina


Fuego de Artificio

Sus damas de la alta sociedad son sensuales, bellas, elegantes criaturas minuciosamente elaboradas a través de sus trazos, conscientes de su belleza, de su feminidad, tal como afirmaría Panconi. Retrata como nadie la parisina "joie de vivre", la alegría de vivir de los  primeros años de siglo, glorificando la cotidianeidad de la vida burguesa, sin sospechar que, muy pronto, se vería aniquilada por los graves acontecimientos que acechaban.


La Marquesa de Pinar del Río.



Retrato de Lina Bilitis con dos pequineses, 1913


Retrato de Gladys Deacon, 1905-08


Retrato de la Marquesa Luisa Casati con galgos, 1908


Clèo de Merode, 1901


Desnudo


Figura femenina

Por último, y como curiosidad, os contaré que, una anciana de 91 años murió hace 70 años en París. Se sabía que en su piso tenía multitud de antigüedades, pero éste, permaneció cerrado. Siete décadas después, se decidió abrirlo y un tasador de la casa de subastas Olivier Chippin Janvry descubrió un cuadro que llamó su atención. El cuadro podría ser valioso.

Era un retrato de Martha Florian, una bella actriz francesa que resultó ser la madre de la anciana muerta. Las sospechas del tasador fueron ciertas. Se localizó esta obra en un extenso y detallado catálogo de Giovanni Boldini publicado por la viuda del autor en 1951.Su datación: 1898. La obra se subastó. El inicio fue de trescientos mil euros. Finalmente fue vendida por dos millones cien mil euros convirtiéndose en la obra más cara del artista, en 2010.


Retrato de Martha Florian.

Sin embargo, Sotheby's vendió, en el mismo año, un retrato de Giovinetta Errazuriz, datado en 1892, por seis millones y medio de dólares,  partiendo de millón y medio.


 Retrato de Giovinetta Erraruriz

Y es que Giovanni Boldini nos sigue enamorando.


Autorretrato, 1892


Podéis encontrar más obra gráfica, aquí

Obras de referencia: 

- Historia de la Fealdad a cargo de Umberto Eco. Ed. Lumen, 2007

- Lynton, Norbert: Historia del arte moderno. Ed. Destino, 1988

- El gran arte en la pintura. Ed. Salvat, 1989